CLASE 6 "SANTIAGO 3"

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INTRODUCCIÓN

LA LENGUA Es una chismosa porque dice lo que hay en el corazón y muestra a la persona verdadera. No solo eso, sino que el mal uso de la lengua es tal vez la manera más fácil de pecar.
En las Escrituras, a la lengua se le describe como malvada, engañosa, perversa, inmunda, corrupta, aduladora, difamante, chismosa, blasfema, insensata, jactanciosa, amargada, maldiciente, contenciosa, sensual y vil. Y esta lista no es exhaustiva. “¡No es de extrañar que Dios la haya puesto en una jaula detrás de los dientes, cercada por la boca!
La lengua es una gran preocupación para Santiago, mencionándola en cada capítulo de su carta (vea 1:19, 26; 2:12; 3:5, 6 [dos veces], 8; 4:11; 5:12 (9 veces)
En 3:1–12 emplea la lengua como una prueba más de la fe viva, ya que la autenticidad de la fe de una persona inevitablemente se mostrará por su manera de hablar.
En ninguna otra parte es más evidente la relación entre la fe y las obras que en la manera de hablar de una persona.
Lo que usted dice revelará inevitablemente lo que usted es. Pudiera decirse que la manera de hablar de una persona es una medida confiable de su temperatura espiritual, una imagen de su condición humana interior.
Los rabinos se referían a la lengua como una flecha y no como una daga o espada, porque puede herir y matar a larga distancia. Puede causar gran daño aun cuando esté lejos de su víctima.
¿Qué efectos tendrán nuestras palabras en aquellos que nos escuchan?
¿Hablamos la verdad en amor?
¿Controlamos nuestra ira, y especialmente nuestra lengua?
David sabía que él solo no podía contener su lengua. Por consiguiente, oró con fervor pidiendo que Dios lo ayudara: “Pon un centinela en mi boca, oh Señor; mantén vigilia sobre la puerta de mis labios” (Sal. 141:3).
El primer pecado cometido después de la caída fue un pecado de la lengua. Cuando Dios le preguntó a Adán, en cuanto a que había comido del fruto prohibido, Adán culpó a Dios al sugerir que Él era indirectamente responsable, diciendo: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (Gn. 3:12).
Pablo dice: “Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura” (Ro. 3:13–14; cp. Sal. 5:9; 140:3). Al vislumbrar la gloria y la santidad de Dios, Isaías, convencido de su propio carácter pecaminoso, lo relacionó con su boca, exclamando: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (Is. 6:5).
una manera recta de hablar manifiesta un corazón recto en ninguna otra parte se describe de un modo más hermoso que en los Salmos. David se regocijó: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos” (Sal. 8:1). Él declaró: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (19:7); y dio testimonio: “Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos” (19:8). Sin duda una de las razones por las que David fue un hombre conforme al corazón de Dios (1 S. 13:14) fue su posibilidad de decir con sinceridad: “Mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día” (Sal. 35:28).

V.1 “MAESTROS”- “DIDASKALOI”

los rabinos eran maestros expertos, y sus compatriotas judíos les conferían gran honor y respeto. Como se refleja en los Evangelios, muchos rabinos se complacían en este prestigio y privilegio. Jesús dijo de los escribas y de los fariseos, muchos de los cuales eran rabinos, que se sentaban (Mt. 23:2, 5–7).
En algunos círculos judíos, a los rabinos se les respetaba tanto, que el deber de una persona con su rabino se consideraba mayor que el que debía a sus propios padres, porque sus padres solo lo traían a la vida de este mundo, mientras que su rabino lo traía a la vida del mundo venidero. Se escribió que si un enemigo capturaba al padre de un hombre y a su rabino, el rabino debía rescatarse primero.

V.1 “NO OS HAGÁIS MAESTROS MUCHOS DE VOSOTROS”

Santiago por supuesto no quiere desalentar a tales personas de que transmitan su conocimiento de las Escrituras. Ni tampoco desea entorpecer de manera alguna a aquellos que Dios había realmente llamado para que fueran maestros oficiales de su Palabra.
Más bien estaba diciendo que aquellos que creían tener ese llamamiento divino, debían probar primero su fe para estar seguros de ser salvos. Él ha puesto en claro que, “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana” (1:26). Si ese principio se aplica a todo el mundo en la iglesia, ¿cuánto más se aplica a los maestros que presumen estar delante del pueblo de Dios para interpretar y explicar la Palabra de Dios?

V.1 “RECIBIREMOS MAYOR CONDENACIÓN”

Un maestro tenía autoridad e influencia y mucha gente buscaba obtener esa posición. Santiago advierte a sus lectores que no ocupen el cargo de maestro a menos que estén plenamente calificados.
Santiago incluye a sí mismo en esta exhortación, y llama la atención al resultado final: “Los que enseñamos seremos juzgados más severamente”. Jesús dice: “Cualquiera que quebrante uno de los más pequeños de estos mandamientos y enseñe a otros a hacer lo mismo será llamado último en el reino de los cielos, pero el que ponga en práctica y enseñe estos mandamientos será llamado grande en el reino de los cielos” (Mt. 5:19; y véase 18:06).
PABLO ATACO MUCHO EN SUS CARTAS SOBRE LOS FALSOS MAESTROS

V.2 “ TODOS OFENDEMOS MUCHAS VECES”

refuerza la verdad de que nadie está exento en cuanto a los peligros de la lengua y a otras formas de pecado contra Dios.

V.2 “OFENDEMOS”

se refiere a cualquier falta moral, el no hacer lo que está correcto.

V.2 “MUCHAS VECES”

se explica por sí mismo. El escritor de Proverbios pregunta retóricamente: “¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?” (Pr. 20:9), y el cronista declara categóricamente que “no hay hombre que no peque” (2 Cr. 6:36), anticipándose a la declaración muy conocida y a menudo citada de que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro. 3:23), y la de Juan que “si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Jn. 1:8; cp. v. 10).

V.3 “SI ALGUNO NO OFENDE EN PALABRA… PERFECTO”

el término también puede significar completo, o maduro. Si ese es el sentido que se pretende aquí, la idea es que una persona que no ofende en palabra da prueba de un corazón puro y maduro, que es la fuente de un hablar correcto.
Nunca podremos ser perfectos en el sentido en que Jesús es perfecto, en el hablar o en otro aspecto, pero podemos, en el poder del Espíritu Santo, tener madurez espiritual y corazón santificado, que se expresa mediante un hablar y enseñar que sea maduro, santo y honre a Dios.
La idea es que solo los creyentes espiritualmente maduros pueden controlar su lengua.
Como en todo lo demás, JESÚS es nuestro ejemplo supremo y glorioso. “Pues para esto fuisteis llamados”, nos recuerda Pedro, “porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 P. 2:21–23).

V.2 “CAPAZ DE REFRENAR TODO EL CUERPO”

En este contexto, cuerpo parece referirse a la persona en general, a todo su ser. En otras palabras, si podemos controlar nuestra lengua, que responden tan fácil e ilimitadamente al pecado, entonces podremos controlar todo lo demás. Si el Espíritu Santo tiene control de la parte más inestable e indomable de nuestro ser, ¿cuánto más susceptible a su control será el resto de nuestra vida?

V.3 “PONEMOS FRENO EN LA BOCA DE LOS CABALLOS”

Al controlar la boca de los caballos, se controla su cabeza, la que, a su vez, dirige todo su cuerpo.
Aun los caballos mansos, que han sido montados durante muchos años, no se pueden controlar sin un freno en la boca. Mientras se quiera que rindan un servicio, ya sea para montarlos o para que tiren de un vagón o arado, requieren de ese control. Es lo mismo con los creyentes. Para ser útiles para Dios, necesitaremos controlar nuestra lengua, y con esto, todo lo demás en sumisión a Él.

V.4 “MIRAR TAMBIEN LAS NAVES”

Las más grandes naves de aquel tiempo eran pequeñas comparadas con los gigantescos trasatlánticos y buques de guerra de los tiempos modernos. Pero la nave en la que hizo Pablo su viaje a Roma tenía un total de doscientas setenta y seis personas a bordo, entre la tripulación, los soldados y los presos (Hch. 27:37), lo que indica que era un navío bastante grande. En todo caso, lo que quiere decir Santiago es que, comparado con el tamaño total, el timón de una nave es muy pequeño, no obstante puede fácilmente dirigir la nave por donde el que las gobierna quiere.

V.4 “LA LENGUA SIENDO PEQUEÑA SE JACTA DE GRANDES COSAS”

Como el freno en la boca de los caballos y el timón de un barco, la lengua tiene poder para controlar el resto de nosotros. Es un control maestro para todo el cuerpo, dirigiendo prácticamente cada aspecto de la conducta.
El dominio de la lengua es más que una prueba de madurez
La tendencia natural del hombre a jactarse, a estar centrado en sí mismo
La lengua se jacte, deja una estela de destrucción. Arruina a otros; destruye iglesias, familias, matrimonios y relaciones personales. Puede incluso conducir al asesinato y a la guerra.
APLICACIÓN: A fin de que la lengua controle nuestra vida de forma correcta, debemos resistir la tendencia y la tentación, siempre presentes, a jactarse y alardear. Debemos hablar solo palabras amables, afables, palabras que edifiquen y no palabras que arruinen, que motiven, consuelen, bendigan y alienten. Deben ser palabras de humildad, gratitud, paz, santidad y sabiduría. Tales palabras, por supuesto, solo pueden proceder de un corazón donde no solo more el Espíritu Santo, sino que también esté completamente sometido a su control

V.5 “HE AQUÍ, CUAN GRANDE BOSQUE ENCIENDE UN FUEGO PEQUEÑO”

Santiago se concentra en el tremendo poder de la lengua para corromper y destruir.
“he aquí”, sobre todo en las narraciones dramáticas, a fin de llamar la atención a lo que se va a decir o a lo que va a suceder, La idea es “presten mucha atención”.
pequeño fuego! La chispa más pequeña puede crecer exponencialmente y llegar a ser un gran incendio que destruye miles de hectáreas de bosques, matando infinidad de animales y a menudo destruyendo vidas humanas y sus propiedades.

V.6 “ LA LENGUA ES UN FUEGO ”

un mundo de maldad. Kosmos (mundo) aquí no se refiere a la tierra o al universo, sino más bien a un sistema, esquema, u orden. En este caso, es un sistema de maldad, rebelión, anarquía y toda otra forma de pecado. Es la fuente de la conducta injusta e impía dentro del hombre pecador.
La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo. El sistema de maldad se dispersa y contamina el resto del cuerpo. Para modificar un poco la metáfora, la capacidad destructora de la lengua es como el humo que penetra y contamina permanentemente a todo el que está expuesto a él.
la lengua inflama la rueda de la creación. Como el fuego físico, los efectos destructivos del hablar incorrectamente, no solo nos contaminan a nosotros, sino también todo sobre lo que tenemos influencia en la rueda de la creación.
inflamada por el infierno, indica que la lengua puede ser instrumento de Satanás, cumpliendo su propósito de corromper, contaminar y destruir. Es increíblemente peligrosa y dañina. Empleando otra figura de muerte y destrucción, el salmista dice de los que hacen mal uso de su lengua: “Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla, pero guerra hay en su corazón; suaviza sus palabras más que el aceite, mas ellas son espadas desnudas” (Sal. 55:21)

V.7 “TODA NATURALEZA”

incluye animales que caminan y vuelan, de bestias, y de aves, así como los que se arrastran y nadan
NOE Y EL ARCA

V.8 “NINGUN HOMBRE PUEDE DOMAR LA LENGUA”

El hombre ha podido dominar a todas estas criaturas porque Dios le ha dado el poder de gobernar su gran creación. El hombre continúa domando animales para su beneficio y placer.
Sin embargo el hombre es incapaz de controlar su propia lengua. Cuando el hombre cayó en pecado, perdió la habilidad de gobernarse a sí mismo. Perdió el control de sí mismo y es ahora gobernado por su lengua. El hombre puede domar animales feroces y poderosos, sin embargo, no puede domar su propia lengua.

V.8 “VENENO MORTAL”

El hombre con su lengua arroja mas veneno que el animal mas venenoso a la hora de ser atacado
Su veneno es más mortífero que el de las serpientes, porque puede destruir moral, social, económica y espiritualmente.

V.9 “ CON ELLA BENDECIMOS Y A LA VEZ MALDECIMOS”

A PESAR DE NUESTRAS INCONSISTENCIAS TENEMOS LA SEMEJANZA DE DIOS
aunque totalmente dañada por la caída, no obstante es indestructible. Los hombres siguen siendo como Dios en muchos aspectos: en inteligencia, conciencia propia, razonamiento, naturaleza moral, emociones y voluntad.
No obstante, cada creyente ha sido culpable de tal hipocresía en cierto modo. No fueron solo los malvados escribas y fariseos que decían bendecir a Dios y sin embargo, pidieron la crucifixión de su Hijo, al acusarlo de blasfemia. Pedro confesó que Jesús era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt. 16:16); pero cuando su Señor estaba en el juicio ante el sumo sacerdote, “él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. (Mt. 26:74–75).

V.10 “ HERMANOS MIOS.... NO DEBE SER ASÍ”

esto no debe ser así. Ou chrē (no debe) es una negación fuerte, empleada solo aquí en el Nuevo Testamento. La idea es que no debe haber lugar alguno en la vida de un cristiano para tales cosas.
Es inadmisible e intolerable hacer concesiones en nuestra vida de rectitud y santidad. Cuando Dios nos transformó, nos dio la capacidad de hablar de forma nueva, redimida y santa, y espera de nosotros, como hijos suyos, que hablemos solo lo que es santo y recto. Nuestro “sí” y nuestro “no” deben ser sinceros (Mt. 5:37).

V.11” SANTIAGO EXPLICA ESTA VERDAD MOSTRANDO 3 ILUSTRACIONES”

¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Es claro que la respuesta es negativa. La misma fuente, o manantial, no produce dos tipos de agua tan diferentes.
“¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mt. 7:16), Santiago pregunta: Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? En este caso también la respuesta obvia y esperada es que no puede. Tal cosa es totalmente contraria a la naturaleza y no puede ocurrir.
Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. Esto también es claramente imposible, y ninguna persona racional pensaría dos veces en cuanto a creer algo opuesto.

CONCLUSIÓN:

Un corazón lleno de odio no puede producir palabras o acciones amorosas. Un corazón impío no puede producir palabras o acciones rectas. “No puede el buen árbol dar malos frutos”, explicó Jesús, “ni el árbol malo dar frutos buenos… Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:18, 20).
SI hemos sido justificados por Jesucristo, debemos vivir y hablar rectamente, conforme a su voluntad y con su poder.
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